¿Es mejor llegar a un mal acuerdo o no tener acuerdo? Se podría pensar que, cuando es imprescindible terminar con un conflicto, más valdría obtener un pacto mediocre que no tener ninguno.
Sin embargo, las consecuencias materiales del Acuerdo de Doha, pactado el 29 de febrero de 2020 en Doha, Qatar, entre el gobierno de E.E.U.U, entonces presidido por Donald Trump, y los talibanes, demuestran que un acuerdo inadecuado puede tener efectos prácticos mucho peores que posponer la negociación.
- Regina Ardavín C.
¿Cuáles son los antecedentes al Acuerdo de Doha?
Tras los ataques del 11 de septiembre del 2001, George W. Bush inició la “guerra contra el terror”, de la cual derivó la invasión de Estados Unidos a Afganistán, gobernado por los talibanes de 1996 al 2001, una de las bases de Al-Qaeda y sede principal, junto con Pakistán, de su líder, Osama Bin Laden.
En 2017, con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, se comprometió a poner fin a las "guerras interminables" de su país, por lo cual, en 2018 comenzaron las conversaciones con los talibanes para acabar un conflicto en el que murieron más de 2,400 militares estadounidenses y más de 32,000 civiles afganos.
¿Qué se pactó en el Acuerdo de Doha?
En dicho acuerdo se estableció el periodo para la salida definitiva de Estados Unidos y sus aliados de Afganistán, tras casi veinte años de conflicto, en un plazo de catorce meses desde que se anunció el acuerdo.
Por otro lado, se firmó el compromiso de los talibanes de no permitir que el territorio afgano fuese utilizado por sus miembros, ni por otras personas o grupos, inluido Al-Qaeda, para planear o llevar a cabo acciones que amenazaran la seguridad de Estados Unidos y sus aliados.
A cambio, Washington se comprometió a levantar las sanciones que había impuesto sobre líderes talibanes, y a liberar a sus prisioneros. Hasta 5,000 prisioneros talibanes y 1,000 exfuncionarios del gobierno afgano serían liberados.
¿Cómo fue determinante el Acuerdo de Doha para la situación actual que se vive en Afganistán?
La intención con el Acuerdo de Doha era que, tras la salida de las tropas estadounidenses, las fuerzas de seguridad del gobierno afgano tomaran el control de la situación y negociaran internamente con los talibanes un acuerdo definitivo sobre el futuro político del país.
Semanas previas al colapso de Kabúl, los negociadores afganos y talibanes, llegaron tentativamente a un acuerdo en Doha, en el que todas las partes declararían un alto el fuego durante dos semanas, a cambio de la renuncia del presidente Ashraf Ghani y el inicio de las conversaciones para establecer un gobierno de transición.
Según los términos del acuerdo tentativo, el alto el fuego habría abierto el camino para que el ex presidente Hamid Karzai y otros funcionarios actuales y anteriores negociaran algún tipo de acuerdo para compartir el poder con los talibanes. Sin embargo, con la huída del presidente afgano, esa posibilidad se desmoronó, el gobierno de Afganistán colapsó y los talibanes aprovecharon el vacío de poder para tomar el control del país.
Lisa Curtis, ex directora principal del Consejo de Seguridad Nacional de Trump para el sudeste asiático, declaró que “Las llamadas 'conversaciones de paz' fueron una farsa, y los talibanes nunca estuvieron interesados en negociar un acuerdo pacífico para compartir el poder”.
Al Acuerdo de Doha sentó un precedente fundamental en el contexto actual, porque se llegó a una negociación con los talibanes sin tener en cuenta si realmente existía una intención genuina de cumplir con el acuerdo, y sin tener la certeza de que el gobierno afgano tuviera la capacidad institucional para mantener el poder, sin la presencia de Estados Unidos en su territorio.
¿Qué lecciones deja el Acuerdo de Doha?
Con la caída del gobierno afgano y la toma del poder de los talibanes en Afganistán, vale la pena analizar qué se puede aprender para llegar a una buena negociación, ya que, como se ve en este caso, un acuerdo inadecuado puede tener efectos funestos en la vida de un país completo, y en este caso particular, especialmente de las mujeres.
Primera lección: estar conscientes de quién está del otro lado de la mesa y con qué fortalezas y debilidades se cuentan.
El Acuerdo de Doha no se firmó entre el gobierno de Estados Unidos y un grupo cualquiera. Se firmó con un grupo que respalda terroristas, de fundamentalistas y sistemáticos violadores de derechos humanos.
Al firmar un acuerdo que iba a afectar la vida de las personas de un país entero y reconfigurar las tensiones en la región y en el mundo, era indispensable tomar en cuenta con qué clase de personas se estaba negociando, cuáles eran sus verdaderas intenciones detrás de alcanzar una negociación, cuáles eran las posibles consecuencias de llegar a un acuerdo, qué antecedentes existen respecto a ese grupo, etc.
Las evaluaciones de la inteligencia de Estados Unidos, estimaban que los talibanes podrían tomar Kabul en 90 días. Muy lejos de las predicciones, en 72 horas, ya habían tomado el control de la capital. Eso habla de la falta de conocimiento y la subestimación que se tenía de la capacidad y alcance del grupo talibán.
También, era fundamental hacer una evaluación de la capacidad que tendría el gobierno afgano de hacer frente a los talibanes, tanto para negociar como para mantener al país bajo control, una vez que se retirara Estados Unidos.
La toma de Afganistán por parte de los talibanes demostró que, ni siquiera los 83,000 millones de dólares invertidos por Estados Unidos en dos décadas, para entrenar y equipar a las fuerzas afganas, pudieron controlar su avanzada.
Aún cuando el ejército afgano contaba con 300,000 militares, también se encontraba fuertemente desmoralizado por la retirada de las fuerzas extranjeras y la falta de suministros. Según el Washington Post, la falta de garantías de la armada afgana abrió una estrategia para los talibanes, que comenzaron a ofrecer dinero a los soldados afganos a cambio de sus armas.
Segunda lección: entender a qué te estás comprometiendo.
En el Acuerdo de Doha se estableció que se liberaría a 5,000 presos talibanes. Hussain Haqqani, director para Asia Central y Meridional del Instituto Hudson y ex embajador de Pakistán en Estados Unidos, teme que entre los 5.000 presos liberados en virtud del Acuerdo de Doha, pueda haber integrantes de organizaciones yihadistas como Al-Qaeda, Estado Islámico o el Movimiento Islámico del Turkestán Oriental.
¿Realmente había consciencia de Estados Unidos de qué se estaba pactando y a quiénes se iban a liberar? Al negociar con un grupo del calibre de los talibanes, se debía ser excesivamente cuidadoso con qué se estaba cediendo y qué estaba detrás de lo que los talibanes pedían, para poder llegar a un acuerdo sensato.
Tercera lección: tener claras las prioridades y los no-negociables.
El Acuerdo de Doha no tomó en cuenta la posibilidad de que los talibanes tomaran el poder de Afganistán y con ello instauraran su régimen opresivo, que viola los derechos humanos más fundamentales de las mujeres, como el derecho a la educación.
Si Estados Unidos cedió en liberar a los talibanes presos y levantar las sanciones en su contra, podría haber negociado a cambio condiciones mucho más estrictas a su favor y a favor del pueblo afgano.
A pesar de que los talibanes se comprometieron a “no amenazar” la seguridad de Estados Unidos, no se estableció ningún mecanismo para garantizar su cumplimiento, ni se estableció la protección de los derechos humanos de los afganos.
En este sentido, es fundamental tomar en cuenta que las negociaciones se gestan antes de pactar con el otro lado, es decir, se debe llegar sabiendo exactamente qué se está dispuesto a ceder, qué no, y qué se va a exigir si se van a hacer grandes concesiones, como fue la liberación de los presos talibanes.
Las consecuencias de un acuerdo insuficiente e inadecuado a las circunstancias, apenas se empiezan a ver. La importancia de una buena estrategia de política internacional y de diplomacia, va más allá de terminar oficialmente conflictos armados, incluso si estos llevan décadas y han cobrado miles de vidas.
Un mal acuerdo con alcances internacionales, puede desembocar en una crisis humanitaria y de derechos humanos, mucho más compleja de controlar y de resolver, con afectaciones que, en este caso, perjudicarán la vida de más de 38 millones de afganos.
Fuentes:
D. Olmo, Guillermo. (17-ago-21). Qué es el Acuerdo de Doha. BBC. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58239054
France 24. (16-ago-21). ¿Por qué las tropas afganas colapsaron tan rápido ante el Talibán?. https://www.france24.com/es/asia-pac%C3%ADfico/20210816-afganistan-ejercito-gobierno-desintegracion-taliban
La República. (16-ago-21). Acuerdo de alto el fuego afgano golpeado en Doha colapsó después de huida de Ghani. https://www.larepublica.co/globoeconomia/acuerdo-de-alto-el-fuego-afgano-golpeado-en-doha-colapso-despues-de-huida-de-ghani-3218024
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