Los meses han pasado desde que inició la pandemia, llevamos más de un cuatrimestre desde que el Covid-19 se desató mundialmente y llegó a suelo mexicano. El tiempo y el estrago económico derivado de éste, cada vez es más evidente, tanto para los empresarios, como para sus empleados, para quienes viven de actividades económicas informales, para quienes tienen que pagar cuentas a fin de mes, etc.; es decir, para todos, menos para el gobierno mexicano.
Querido Ser Político, tanto tú como yo sabemos que no estamos viviendo tiempos fáciles. La buena noticia es que tarde o temprano, la pandemia acabará; la mala noticia es que, dada la ineficiencia de las políticas que está tomando el gobierno mexicano, probablemente las consecuencias negativas para nuestro país, se aplacen por largos años. Espero estar equivocada, pero "otros datos" no se antojan suficientes para contrarrestar la abrumadora realidad.
-Regina AC.
Para mitigar los efectos de la pandemia, no bastará con frenar los contagios. Cómo salgan parados los países dependerá de su solidez e infraestructura institucional.
¿Qué tan graves son las acciones, o falta de ellas, de la Administración Pública actual?
Como seguramente haz escuchado, México es de los países que peor gestión ha tenido para frenar la pandemia en términos sanitarios y económicos. Simplemente, para el Gobierno actual, ha sido más importante continuar con sus políticas de falsa "austeridad republicana", que invertir en equipo médico, políticas de salud, políticas fiscales para frenar el desplome económico, etc. En pocas palabras, la estrategia ha sido "mucho ruido y pocas nueces".
Sin embargo, y para nuestra mala fortuna, las decisiones, o falta de ellas, de la 4T y sus protagonistas, dejarán huella más allá de lo que dure la pandemia.
Actualmente, el banco Citi pronostica que el PIB de México caerá en más de 11% anualmente, y para el segundo trimestre de este año, la caída fue de nada menos que del 16.5%. Claro, los factores externos influyen, como son el boom mundial de contagios, la paralización de las cadenas de valor globales, de las que México forma parte, la disminución sin precedentes del comercio internacional, etc.
Pero más influyente que esos factores está la decepcionante gestión del gobierno mexicano, que ha actuado como un niño vendado, tratando de darle a una piñata que no sabe ni dónde está, ni para dónde va.
Lo grave de este asunto es que la falta de eficiencia en acciones públicas, se ha traducido en dos consecuencias muy graves: la primera, en pérdidas humanas, tanto de pacientes que no han podido ser atendidos, como de doctores/as y enfermeros/as que han muerto por falta de equipo médico adecuado para atender a los contagiados; y la segunda, en una catástrofe económica, derivada de una falta de voluntad del gobierno para apoyar a los micro, pequeños y medianos empresarios, que sostienen más del 90% de la economía del país, y quienes no pueden cargar solos con los efectos de la pandemia, sin que eso implique tener que despedir a su mano de obra, porque las cuentas para pagar nóminas y pagar impuestos en este panorama, simplemente no dan de sí.
Mientras todo esto sucede, AMLO y quienes lo secundan, parecen vivir en Disneylandia, tomando medidas que no corresponden a la realidad objetiva, pero que sí tienen efectos reales en la vida de los mexicanos, y que tendrán efectos en México como país, a corto, mediano, y posiblemente también, a largo plazo.
Las señales que está dando nuestro gobierno tanto al interior como al exterior son, no malas, lo que le sigue de malas, perfectas para ahuyentar la inversión y potenciar el declive económico. México podría salir beneficiado, tanto del T-MEC, que entró en vigor hace dos semanas, como de la guerra comercial entre EE.UU y China, llenando el vacío que las exportaciones chinas dejarán para su principal comprador, que resulta ser nuestro vecino del norte.
Pero estos potenciales beneficios, se irán por el drenaje si México no pone de su parte, propiciando un ambiente favorable para la inversión.
Si seguimos por el camino equivocado, México perderá el grado de inversión, que depende de la calificación que nos otorgan las calificadoras de riesgo como Moody's, Fitch o Standard and Poor's, que de por sí, ha bajado considerablemente durante este sexenio.
Si eso sucede, podemos olvidarnos de que el PIB de México regrese a sus niveles de 2018 para el año 2025, pronostico que de por sí ya es bastante malo, como hasta ahora predice Citi, porque en ese panorama, seguramente no regresaremos a ese nivel de PIB durante muchos más años por venir, y terminaremos de perder lo que tantos años costó construir.
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